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La «famosa» tortícolis provoca, o ha provocado, mucho dolor.
En la mayoría de los casos, este traumatismo está causado por una contracción del músculo más grande del cuello, el esternocleidomastoideo. Suele aparecer nada más despertarse, por lo que puede interferir en su jornada.
Veamos las causas, los síntomas y los posibles remedios…
La causa principal de la tortícolis es un movimiento brusco de la cabeza, a menudo involuntario, como el que se produce durante un sueño agitado o una caída. Otra causa, para las personas resfriadas, es un enfriamiento. Por último, una mala postura, ya sea durante el día o en la cama, también puede provocar tortícolis.
El síntoma principal es el dolor, cuya intensidad varía en función de la gravedad del traumatismo.
Puede producirse un espasmo muscular, que obliga a cambiar la posición de la cabeza para evitar el dolor. El dolor suele despertar por la mañana, pero con la misma facilidad puede aparecer en cualquier momento del día, sin previo aviso.
La tortícolis impide mover la cabeza y, además del dolor, puede minar la moral. De hecho, nunca es muy agradable tener la sensación de que una aguja te atraviesa el cuello a diario, y menos aún cuando te levantas por la mañana.
Cuidado: si no se trata adecuadamente y persiste, la tortícolis puede acabar provocando ciertas deformidades posturales.
Hay muchas formas de aliviar y prevenir la tortícolis:
Si el dolor persiste durante más de 5 días, consulte a su médico.